Se conoce como baja visión la condición visual que se padece cuando hay una reducción importante de la visión que no se puede corregir con gafas, lentes de contacto, tratamientos médicos, farmacológicos o quirúrgicos. La baja visión puede estar causada por enfermedades muy diversas como glaucoma, albinismo, aniridia, retinosis pigmentaria, DMAE o miopía magna, entre otras.

Las personas con baja visión pueden tener pérdida de agudeza visual y/o campo visual además de otros síntomas como visión borrosa, visión parcheada, pérdida de visión central, deslumbramiento, ceguera nocturna, visión túnel, pérdida de contraste, alteración en la visión de los colores, fotofobia, distorsión de las imágenes… De hecho, todos los síntomas pueden combinarse en diferentes modos y grados y de forma mixta o unitaria, por lo que existen muchas formas de baja visión.  

La baja visión afecta en la calidad de vida de las personas que la sufren hasta tal punto que ven limitadas sus actividades diarias como leer, ver la televisión, reconocer caras, orientarse en lugares poco habituales, etc.

La baja visión afecta también a la esfera emocional. El diagnóstico de una enfermedad como esta puede provocar cambios emocionales en las personas, relacionados, por un lado, con la incomprensión que genera este tipo de enfermedades por la sociedad en general y la pérdida de autonomía que conlleva el hecho de presentar baja visión. Sin embargo, debes saber que existen diferentes ayudas y herramientas que pueden ayudarte a recuperar autonomía y a poder realizar las actividades de la vida cuotidiana.

Se considera que una persona tiene ceguera total cuando ha perdido completamente su visión o solo es capaz de distinguir luces y sombras.  En cambio, una persona con ceguera legal tiene una agudeza visual (con gafas o lentes de contacto, si las necesita) diez veces menor de lo normal en su mejor ojo, o bien su campo visual, sin tener en cuenta la agudeza, está restringido a un ángulo de 10 grados o menor.

Una persona con ceguera legal es una persona cuya agudeza visual (con gafas o lentes de contacto, si las necesita) es diez veces menor de lo normal en su mejor ojo, o cuando el campo visual, sin tener en cuenta la agudeza, está restringido a un ángulo de 10 grados o menor.

Claramente, la ceguera legal está condicionada por el campo y la agudeza visual de la persona que la sufre. En ese caso, el campo visual (capacidad para percibir objetos situados fuera de la visión central) de una persona con ceguera legal deberá ser igual o menor de 10º o presentar una agudeza visual (capacidad para percibir la figura, forma y detalles de los objetos) igual o menor a 0,1 (10%).

Cuando las personas cumplen con al menos uno de estos requisitos pueden ser beneficiarios de los servicios de la ONCE.

Se considera que una persona tiene discapacidad visual cuando presenta una limitación total o parcial de la vista. Para conocer su existencia se analizan diferentes parámetros como:

• campo visual: es la capacidad para percibir los objetos situados fuera de la visión central (que corresponde al punto de visión más nítido). Una limitación derivada de la alteración en el campo visual es la movilidad, por ejemplo, en el momento de desplazarse o andar por la calle. La valoración del campo visual se realiza a través de la campimetría.
• agudeza visual: es la capacidad para percibir cómo son los objetos, es decir, la figura, la forma y los detalles de los objetos. Esto provoca una limitación en actividades que requieren de mucha precisión, como, por ejemplo, identificar un rostro o leer un libro. Para medirla se utilizan generalmente los optotipos o paneles de letras o símbolos.

Cuando hay una pérdida grave de la visión pueden presentarse dificultades en las actividades del día a día, aunque estas dificultades siempre serán diferentes según el síntoma que predomine. Por ejemplo, puede haber dificultades para desplazarse, para realizar actividades cotidianas, para acceder a la información, en el trabajo o en momentos de ocio.

Es importante tener en cuenta que la discapacidad visual engloba la baja visión, la ceguera legal y la ceguera total. Se considera que una persona tiene baja visión cuando su agudeza visual es menor a 30% o tiene un campo visual menor a 20º centrales (siempre en el mejor ojo y después de la mejor corrección óptica posible).

En España, se considera que una persona tiene ceguera legal cuando su agudeza visual (con gafas o lentes de contacto, si las necesita) es diez veces menor de lo normal en su mejor ojo, o cuando el campo visual, sin tener en cuenta la agudeza, está restringido a un ángulo de 10 grados o menor. Cuando las personas cumplen con al menos uno de estos requisitos pueden ser beneficiarios de los servicios de la ONCE.  

No, perder la visión y presentar una deficiencia visual no implica una dependencia. Existen técnicas y diferentes ayudas para el día a día que facilitan que puedas tener la autonomía necesaria. Tu implicación con el cuidado de la salud ocular es también importante.

Las personas con baja visión o ceguera presentan limitaciones en sus actividades diarias. Por ejemplo, tendrán dificultades para leer, ver la televisión, distinguir a las personas, vestirse, hacer la compra, salir a pasear...

Sin embargo, hoy en día contamos con muchas herramientas, técnicas y recursos que te ayudarán a tener más calidad de vida:

• Ayudas ópticas: Se tratan de ayudas que aumentan el tamaño de las letras como las lupas manuales, lupas de soporte, gafas-lupa, microscopios adaptados a gafas, gafas para ver la TV. También incluimos aquí los filtros solares. Dentro de este tipo de ayudas también podríamos incluir las gafas de realidad aumentada, que reproducen el entorno real en el que te encuentras y te permite interactuar con él.  
• Ayudas no ópticas: son aquellas que favorecen la utilización del resto visual o que potencian el rendimiento de las ayudas ópticas y las electrónicas. Dentro de este tipo de ayudas encontramos rotuladores, atriles, papeles pautados, cintas métricas con marcas, relojes, despertadores y avisadores de tiempo en Braille, bastones de movilidad, etc.
• Ayudas electrónicas: Son ayudas que facilitan grandes aumentos como las lupas manuales electrónicas, tablets o lupas-TV.
• Ayudas tecnológicas (tiflotecnología). Actualmente, los teléfonos inteligentes (smartphones) ya disponen de tecnología que permite una mejor accesibilidad y manejo para las personas con baja visión. Además, existen diferentes aplicaciones para el móvil que puedes descargarte y que pueden convertirse en tus mejores aliadas:
  • iDentifi -> aplicación que permite conocer las características de un objeto. Mediante una fotografía, te describe en forma de audio cómo es el objeto. 
  • Storytel -> Permite escuchar audiolibros y ebooks que puedes seleccionar según categorías. 
  • Apolo ONCE -> Reproductor de películas, series o documentales audiodescritos.
  • Orcam Read -> Dispositivo portátil y ligero con una cámara inteligente que lee sin problemas el texto de cualquier superficie impresa o en pantalla digital.

Te recomendamos que visites este enlace para conocer las aplicaciones más destacadas para tu smartphone pensadas expresamente para las personas con baja visión:

• https://barcelonamaculafound.org/es/aplicaciones/
• https://www.begisare.org/apps-imprescindibles-en-el-dia-a-dia-de-las-personas-con-discapacidad-visual/
• https://conticgo.net
• https://www.discapnet.es/areas-tematicas/tecnologia-inclusiva/aplicaciones-moviles/apps-accesibles---utilidades

Es frecuente que las personas con baja visión tengan la sensación de ver mejor unos días que otros. En esto influye la iluminación, el cansancio e incluso el estrés.  Utilizar el resto de visión supone un gran esfuerzo físico y emocional.

La rehabilitación visual puede ayudar a utilizar mejor el resto visual.

La luz solar intensa es perjudicial para la retina, por lo que es muy importante proteger los ojos de los rayos ultravioleta, la luz azul y el resplandor. La mejor forma de hacerlo es a través de unos filtros con protección UV que se adapten al motivo de tu baja visión o con un filtro de corte selectivo, que controla la cantidad de luz que entra por los ojos y aumenta el contraste minimizando el deslumbramiento. Para saber la mejor opción para ti, consulta a tu especialista en oftalmología o en baja visión.

También es recomendable el uso de un sombrero de ala ancha que te proteja de la luz directa a los ojos.

Además, es muy importante que tengas en cuenta que el tabaco y el humo causa daños irreversibles en la retina, por lo que si fumas es momento de dejarlo. Recuerda que el consumo excesivo de alcohol también puede traer consecuencias en la retina.

Una dieta equilibrada, saludable, rica en frutas y vegetales, la práctica de ejercicio suave y mantener un estilo de vida saludable es, en general, la mejor opción para proteger tus ojos.